Foto: EFE
William Binney, el exdirector técnico de la NSA.
El escándalo del espionaje estadounidense en suelo alemán volvió a
sacudir el miércoles al Gobierno de Berlín, luego de ser detectado un
segundo presunto espía al servicio de Washington, esta vez en el
Ministerio de Defensa.
Después de que la semana pasada fue detenido un supuesto agente doble
que filtraba información a EE. UU., la Fiscalía Federal y el
departamento policial registraron el miércoles en Berlín un domicilio
particular y oficinas vinculadas a un segundo sospechoso, aparentemente
sin conexión con el primero.
La Fiscalía confirmó los registros y la incautación de varios
computadores y memorias de datos sin facilitar más detalles, a la espera
de analizar todo el material, pero informaciones difundidas por medios
locales ratificaron la vinculación del caso con Estados Unidos.
Fuentes del Ministerio de Defensa aseguraron que se toman “muy en serio”
el asunto y, en rueda de prensa, el portavoz de la Cancillería, Steffen
Seibert, subrayó las “claras diferencias de parecer” que hay entre
Washington y Berlín.
El espionaje masivo en Alemania, que salió a la luz pública hace un año
con las revelaciones el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional
de EE. UU. (NSA) Edward Snowden, ha “herido la confianza” de Berlín en
un aliado “de enorme trascendencia”, recalcó Seibert.
Según apuntó, se están manteniendo contactos intensos a distintos niveles con la administración estadounidense.
El embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, visitó ayer al
ministerio de Asuntos Exteriores para abordar la cuestión, después de
haber sido convocado ya la semana pasada.
El caso aumenta la presión sobre la canciller alemana, Angela Merkel,
que ha intentado en los últimos meses mantenerse firme ante la
Administración de Barack Obama sin romper los lazos con uno de sus
principales y más estratégicos socios.
El miércoles rehusó pronunciarse sobre el nuevo caso de espionaje, pero
confirmó que la CIA se había puesto en contacto con la Cancillería.
De acuerdo con las informaciones filtradas por los medios, el servicio
de espionaje militar alemán fue el que detectó las actividades del
presunto espía, empleado en el Ministerio de Defensa, y trasladó su
investigación a la Fiscalía cuando recabó suficientes indicios sobre sus
actividades.
A la espera de que preste declaración, el sospechoso no ha sido todavía
detenido porque hasta el momento no hay suficientes pruebas sólidas para
acusarlo.
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