En caso de conflicto militar serio, el ejército ruso puede recurrir a una serie de armas muy potentes, cinco de las cuales han sido destacadas por la revista estadounidense 'The National Interest'. Los especialistas o aficionados pueden debatir hasta el infinito si las armas del ejército ruso de tierra son peores o mejores que las de la OTAN. Pero en muchos casos no se podrá saber hasta que se dé el peor de los escenarios y ambas partes se enfrenten en combate, indica el articulista de 'The National Interest', Michael Peck, que pasa revista a las cinco armas más peligrosas del ejército ruso de infantería.
Lo único que no se puede poner tela de juicio es que el ejército ruso dispone de armas mucho más sofisticadas que las que tuvo que afrontar Occidente en Irak y Afganistán… Y mucho más modernas que los tanques soviéticos con los que cuentan varios estados del mundo y las partes enfrentadas en la guerra civil de Ucrania. Estas son las cinco armas rusas de infantería más destacables, a juicio de 'The National Interest'.
El tanque T-90
El tanque T-90 es la versión más sofisticada de la familia de los carros de combate soviéticos T-72/T-80. Es más pequeño y más ligero que el estadounidense M-1 Abrams. El T-90 pesa tan solo 46 toneladas frente a las 60 toneladas del Abrams. Sin embargo, dispone de un arma no menos poderosa con sistema de control de fuego más avanzado, así como cañón de ánima lisa de 125 mm., capaz de disparar proyectiles perforantes de uranio empobrecido y misiles antitanques AT-11 guiadas por láser [el sistema Reflex-M, según la clasificación rusa], con un alcance de cuatro kilómetros. A
demás de por la 'tradicional' coraza, el T-90 está equipado con blindaje reactivo explosivo Kontakt-5 que neutraliza los proyectiles de carga hueca. Su sistema de defensa activa Shtora-M consta de sensores de detección de rayos láser y otros medios que interfieren en las frecuencias de guiados de misiles enemigos. Asimismo, dispone de lanzadores de granadas de humo que deslumbran a los dispositivos de detección infrarrojos.
Vehículo de combate de infantería BMP-3
Aunque el lema del BMP-3 y de su homólogo estadounidense de M-2 Bradley sería 'no somos tanques', estos vehículos de combate de infantería son armas bastante potentes. El BMP-3 es un descendiente directo del famoso BMP-1, cuya aparición en la década de los 60 conmocionó a los observadores occidentales, que no están acostumbrados al hecho de que el 'transportador' de infantería al teatro de operaciones pudiera intervenir al mismo como una plataforma de potentes armas. Pocas personas piensan que el BMP-3, con sus 19 toneladas de peso y blindaje de 40 milímetros de grosor, sería capaz de llevar a siete soldados totalmente equipados.
La atención principal se centra en su armamento principal, un cañón de 100 mm. capaz de disparar misiles antitanque guiados AT-10 Stabber (9M117M). La máquina también puede ser equipada con el sistema de protección dinámica y sistema de defensa activa Shtora-M. El BMP-3 continúa con la tradición de este tipo de vehículos rusos: bajo perfil, un armamento potente y buena movilidad. El motor es el nuevo UTD-29M, de mayor potencia, que le proporciona mayor velocidad y autonomía, y que dota al BMP-3, a pesar de su mayor peso, de unas buenas prestaciones y de capacidad anfibia.
Lanzacohetes múltiple 'Tornado-S'
Un apoyo de fuego eficaz y de gran alcance para las tropas rusas lo puede proporcionar el sistema de lanzacohetes múltiple 9A52-4 Tornado. Más ligero y más moderno que su predecesor, el BM-30 Smerch, el Tornado tiene un 'paquete' de seis tubos lanzadores de misiles de 300 mm. de calibre de 120 kilómetros de alcance. El sistema de lanzamiento se monta sobre el chasis de un camión todoterreno de 8X8, un sistema en gran parte similar a su análogo de EE.UU., la instalación operativa-táctica HIMARS. Un misil del Tornado-S pesa 800 kilos, mientras que el peso de su munición es de 280 kg. (según especialistas se trata de una relación única entre el peso de la unidad propulsora y la munición).
La cabeza del misil está cargada con 72 submuniciones de dos kilos de peso cada una. El ángulo de arribada es totalmente vertical, de 90º, lo que se consigue mediante un sistema de paracaídas; a diferencia de los proyectiles convencionales, cuyo ángulo de impacto normalmente varía entre 30 y 60º. Una verdadera lluvia de estos pequeños proyectiles convierte en una especie de colador los techos de vehículos blindados, carros de combate, cañones autopropulsados e incluso los compartimientos de motor de tanques, la parte más vulnerable de los últimos. El sistema usa también otros tipos de cargas de combate: minas antipersona y antitanque, cargas incendiarias, termobáricas e inteligentes, es decir, capaces de localizar su blanco individual. Una batería de estas instalaciones puede ahogar en un mar de fuego un área grande.
Lanzagranadas antitanque RPG-30
¿Cómo puede el moderno ejército ruso prescindir de granadas propulsadas a chorro? El emblemático RPG soviético tiene un largo historial, pero el RPG-30 está diseñado para destruir objetivos muy específicos, es decir, tanques dotados de protección activa, como el sistema israelí Trophy (Trofeo), desarrollado para interceptar y derribar proyectiles disparados contra tanques antes de que impacten contra su superficie. RPG-30 puede superar esta defensa, ya que lanza dos misiles a la vez: el 'simulador', que es interceptado por la defensa activa y el misil principal.
Chaleco blindado 6B43
Los trajes blindados podrían parecer fuera de lugar en este listado de armas tan potentes, pero en los conflictos actuales, donde incluso pequeñas bajas pueden generar grandes titulares en los medios y descontento social, cualquier arma que contribuya a reducirlas supone una enorme ventaja. En la configuración expandida este chaleco proporciona una protección circular del torso ante metrallas, balas y armas blancas (incluyendo potentes cartuchos B-32 del fusil SVD y .338 Lapua Magnum) en todo tipo de acciones militares. El chaleco antibalas está formado por placas de blindaje de material compuesto, desarrollado a partir de titanio y aluminio. Asimismo, protege contra las municiones 5,56 mm. de la OTAN y de balas de 5,45 mm. de AK-74. Gracias a él, las fuerzas especiales y de infantería rusa pueden disponer de mayor grado de resistencia en combate a corta distancia
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