Como se adelantó a mediados de julio, nueve militares brasileños se encuentran en Rusia asistiendo a un ejercicio en el que se evaluarán las prestaciones del sistema antiaéreo móvil de media cota Pantsir-S1 que quiere adquirir Brasil. Los nueve militares, pertenecientes a las tres ramas de las Fuerzas Armadas brasileñas, llegaron el 26 de agosto y permanecerán en la ciudad de Tula (a 200 km. de Moscú) hasta el 3 de septiembre. En particular estarían interesados en confirmar el alcance real de los misiles antes de la firma del contrato.
Uno de los requisitos del que se quiere comprobar el cumplimiento es la capacidad para abatir objetivos que se encuentran a 10 km. de altitud, algo que en teoría el sistema debería cumplir sobradamente. Para ello los militares brasileños tendrán acceso a los procedimientos de control del ejercicio, los datos y la telemetría. La negociación por la adquisición de tres baterías de defensa antiaérea comenzó en el año 2003, un programa que podría alcanzar los 1.000 millones de dólares y que implica la transferencia de tecnología y la fabricación en Brasil de algunos sistemas. Brasil quiere disponer de este sistema para proteger infraestructuras críticas civiles y militares como centrales hidroeléctricas o instalaciones nucleares.
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